Creemos en la importancia al trabajar los procesos de formación de nuestros estudiantes como eje fundamental, construyendo relaciones socioafectivas marcadas en espacios de respeto y responsabilidad con nosotros mismos y con los demás. Estas relaciones permitirán realmente una formación integral en donde nuestros estudiantes aprenden a reconocer, comprender y controlar sus propias emociones. La educación basada en una pedagogía de la afectividad es un proceso continuo y permanente que pretende potenciar el desarrollo de las competencias emocionales como elemento esencial del desarrollo integral de la persona con el objeto de formar para la vida, promoviendo el amor a sí mismo (Intrapersonal), el amor a los otros (interpersonal) y el amor por el conocimiento.
El objetivo es identificar y potencializar las habilidades y fortalezas individuales y grupales reconociendo el amor por sí mismo y por los demás en los diferentes espacios de nuestro colegio promoviendo el amor por el conocimiento. Se crean espacio espacios de participación en donde el estudiante opina, pregunta, propone, discute, etc, espacios de interacción enfocados en el respeto y al manejo de emociones que nos permiten la construcción de ambientes sociales y de aprendizaje positivos, asertivos y empáticos. Es en estos escenarios que nos permitimos proponer ejercicios reflexivos en los que nuestros estudiantes se formulan preguntas como, por ejemplo: ¿Algunas veces nos equivocamos al no controlar nuestras emociones? Y mediante la observación autocrítica y reflexiva surgen las respuestas. Si claro, estamos en procesos de formación, pero gracias al desarrollo de competencias emocionales también nos formamos para la solución de problemas, en donde las partes implicadas proponen espacios de mediación para dar soluciones. Ese es el ejemplo de por qué la base de formación integral en nuestra Institución es la afectividad.
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5
noviembre